"Ha de ser propósito del Estado popular dirigir su tarea educativa nó para el mero fin de la transmisión del conocimiento, sino para criar y adiestrar cuerpos sanos.
La educación de las facultades intelectuales representa únicamente una meta secundaria. Pero aquí, una vez más, hay que poner en relieve, sobre todo, la empresa de modelar y formar el carácter, especialmente para desarrollar la fuerza de voluntad y la capacidad de tomar decisiones, junto con un pronunciado sentido de la responsabilidad. La instrucción científica y humanística ocupa el último lujar... un hombre de pequeños logros intelectuales, pero físicamente sano, de carácter bueno y estable, capaz de ejercer su fuerza de voluntad y dispuesto a tomar decisiones responsables, es mucho más valioso, como miembro y como valor de la comunidad nacional, que una criatura débil altamente preparada"
Adolf Hitler, 1924
miércoles, octubre 10, 2007
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