martes, noviembre 20, 2007

Hitler Jugend -los comienzos- cap.1

Aquellos que sienten interés por el 3° Reich, especialmente los que nacieron después de la segunda guerra mundial, se ven obligados a plantearse la misma pregunta: ¿Cómo pudieron seguir a Hitler millones de jóvenes alemanes? Esta pregunta jamás se puede contestar de manera absoluta, y la opinión mas común es la de que los nacionalsocialistas, y especialmente la juventud que se vio atraída al nacionalsocialismo, eran racistas, estaban equivocados o habían sido engañados o quizás, se trataba de una combinación de todas estas circunstancias. Sin embargo, millones de jóvenes, tanto voluntariamente como involuntariamente, se unieron a la Juventud Hitleriana y combatieron por ella durante el conflicto, lo que resulta más significativo: abrazaron su tarea con entusiasmo.
Sería ridículo y antihistórico llegar a la conclusión de que rodos estos millones de jóvenes fueron envueltos y desviados del camino recto por una maquinaria propagandística que los inspiraba y urgía sin descanso desde la escuela a las filas de la milicia. Hay muchas personas ingenuas y manejables en el mundo y en Alemania, pero, ¿podían haber sido todas tan inocentes, tan manejables?
En 1939 había ocho millones de jóvenes, de los 10 a los 18 años de edad, encuadrados en la Juventud Hitleriana. La religión ha sido una fuerte característica ideológica de los hogares alemanes. ¿Cómo podían estos muchachos conciliar el cristianismo con el nacionalsocialismo?
El anhelo de hallar una solución de compromiso entre una Alemania crecientemente fea e industrializada por una parte, y la exquisita y fantasmalmente bella campiña alemana, por la otra, llevó a muchas personas de distintas religiones y orígenes sociales a trabajar por un régimen que prometía, y lo cumplió, pleno empleo, así como una síntesis entre una sociedad industrial moderna y las tradiciones populares, ennoblecidas por el tiempo del pasado alemán.
El Nuevo Orden hablaba de renovación nacional, de renovación del orgullo nacional y de unidad nacional de todos los grupos frente a la humillación que supuso para el país la derrota en la primera guerra mundial y los vagos, y ampliamente incumplidos ideales democráticos de la república de Weimar.
El movimiento juvenil alemán era popular antes de 1933. Al igual que la industria y la política nacionales, los movimientos de la juventud en el período de la preguerra y en los años 20.

Un organismo saludable y una mente sana constituían los ideales atenienses que Hitler prometía revivir en la Hitler Jugend. La masiva organización, construida bajo Baldur von Schirach, conquistó el autentico apoyo de los jóvenes alemanes, muchos de los cuales rechazaban la adquisividad burguesa de sus mayores. La consagración desinteresada al país de uno, parecía mucho más atractiva que un materialismo que daba la impresión de haber traído privilegios para unos pocos que no lo merecían, y desorganización nacional y extendido desempleo para mucha gente trabajadora en Alemania. Los líderes para la generación siguiente recibían su instrucción en las Escuelas Adolf Hitler.

Aunque, desde sus comienzos, el movimiento nacionalsocialista solicitó el apoyo de la juventud alemana, la verdadera iniciativa no procedió del propio Hitler, o, para este asunto, de cualquiera de sus subordinados directos. Vino de un hombre desconocido, de un tal Gustav Adolf Lenk, de oficio barnizador de pianos, nacido en Munich el 15 de octubre de 1903. Después de la guerra, durante los acontecimientos revolucionarios muniqueses de 1919, se unió al “Movimiento Nacional de la Juventud Alemana”, pero gradualmente desaprobó el carácter de clase media que parecía desarrollarse en este concreto movimiento juvenil.
Oyente de cierto número de discursos que Hitler pronunció en la Feldherrnhalle y en la Hofbräuhaus de Munich, fue uno de los primeros conversos al nacionalsocialismo, a cuyo movimiento se unió a principios de diciembre de 1921. Apenas en posesión del carnet de afiliado, empezó a dirigir memorándum directamente a Hitler y a Drexler, uno de los fundadores del NSDAP, subrayando la necesidad urgente de fundar bajo sus auspicios una organización, y la de la SA, o sección de asalto.
Hitler no precisaba de mucha persuasión y, en una circular publicada en Munich el 22 de febrero, y dirigida a las secciones y subsecciones del NSDAP y la SA, declaraba: A causa del aumento de las consultas llegadas a la jefatura del partido preguntando si el movimiento tenía su propia sección juvenil, hemos decidido crear la necesaria organización con el fin de fundar la referida sección. Los estatutos del partido en modo alguno son un impedimento para ello; por el contrario, incluyen provisiones implícitas para esta medida.
La organización de la sección juvenil será llevada a cabo por la STURMABTEILUNG (SA sección se asalto), que inmediatamente elaborará con detalle estatutos organizativos, los cuales, a su terminación, serán enviados a las Ortsgruppen individuales (distritos locales) del partido.
Por lo tanto, a partir de ahora, toda la correspondencia relativa a la sección juvenil habrá de dirigirse al cuartel general de la SA (Administración del NSDAP). Sturmabteilung, Munich 13, Corneliustrasse nro. 12

Esta circular fue seguida por una proclama pública “A la Juventud Alemana”, publicada en el órgano oficial del partido, el Voelkischer Beobachter, el 18 de marzo de 1922, en la que Hitler pedía la creación de un movimiento juvenil del NSDAP. El partido ha creado ahora un Movimiento Juvenil del Parido Nacional Socialista de los Trabajadores, cuyo fin es reunir a todos nuestros partidarios jóvenes que, debido a su corta edad, no pueden ser aceptados todavía en las filas de las Tropas de Asalto.
Pedimos que la juventud nacionalsocialista, y todos los demás jóvenes alemanes, cualquiera que fuere su clase u ocupación, de edades comprendidas entre los 14 y 18 años, cuyo corazón sienta los sufrimientos y penalidades de la madre patria, y que posteriormente deseen unirse a las filas de los luchadores contra el enemigo judío, único causante de la presente vergüenza y dolor, ingresen en el “Movimiento Juvenil del NSDAP.
A fin de permitir también que los jóvenes alemanes más pobres se incorporen a los movimientos juveniles, no estableceremos cuota de afiliado. Esperamos y confiamos, sin embargo, en las generosas contribuciones de los miembros del partido con mayores medios.

Rudolf Kastell
Tomado del libro “La Juventud Hitleriana” de H. Koch. Editorial española

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